JUSTIFICACIÓN DEL USO DE BIOCIDAS
El hombre a lo largo de su existencia ha conseguido mejorar su modo de vida enfrentándose a numerosas adversidades, entre ellas las ocasionadas por diferentes tipos de plagas.
En la actualidad, la prioridad es el desarrollo tecnológico sostenible y en el ámbito de la lucha contra las plagas se ha conseguido generar una tecnología adecuada en la aplicación de biocidas, de manera que no perjudiquen la salud humana ni dañen el medio ambiente.
Nos planteamos el porqué del uso de biocidas cuando son productos tóxicos y en algunos casos pueden producir cáncer, defectos genéticos hereditarios, efectos adversos no hereditarios en la descendencia, o afectar de forma negativa a la función o a la capacidad reproductora masculina o femenina.
No obstante lo anterior, debe comprenderse que el alcance de estos elementos ha de resultar en consonancia con el fenómeno que pretenden combatir, pues según la OMS las plagas urbanas son "aquellas que causan daño a la salud pública y al bienestar de la población, así como daños económicos inherentes a su propia acción".

Es decir, los daños ocasionados por las plagas no son, ni mucho menos,
testimoniales sino que generan importantísimas pérdidas económicas,
son causantes de hambrunas que afectan a millones de seres
humanos en el planeta, muchas personas mueren por causas
asociadas a enfermedades generadas por microorganismos, que en
numerosos casos son transportados por vectores tales como
roedores e insectos.
No son hechos aislados que ocurren en
zonas muy puntuales de países del tercer mundo; prueba de ello es la
reciente aparición de casos de Ébola en Europa, enfermedad causada
por un virus que vive en determinadas especies de murciélagos
africanos, así como la presencia, también en Europa (dos casos
en España) de garrapatas que transmiten el virus de la fiebre
hemorrágica.
Tampoco podemos olvidar el número de muertes
asociadas a infecciones hospitalarias; esto nos lleva a extremar las
medidas a adoptar para la desinfección en hospitales y otros entornos
de riesgo.
Todos estos motivos nos obligan a recurrir a compuestos que poseen una potente actividad biológica pero también una elevada toxicidad, lo que hace indispensable que estén sometidos a un riguroso control, así como a la neutralización y eliminación de sus residuos antes de que alcancen al ser human.